Definitivamente establecer una buena relación
con los hijos adolescentes
es todo un reto que suele ser arduo, agotador, pareciera que la conexión con nuestros hijos y tener un día sin novedad es casi imposible. Esto es porque durante la adolescencia se viven una serie de cambios físicos y psicológicos que provocan dudas y confusión en hijos tanto como en padres.
Es precisamente durante esta etapa que nuestros hijos se preparan para la edad adulta y sin querer se convierten en el foco de múltiples exigencias personales, familiares y sociales, generando muchas veces tensión ya que según sea su comportamiento se suele evaluar a los padres positiva o negativamente y son los padres los que se deben a la tarea de empezar a promover la toma de decisiones y alternativas de solución frente a las situaciones que se le presenten en la vida, asimismo aumentar paso a paso la responsabilidad en los chicos.
Aunque para muchos padres es difícil bajar el nivel de control y aceptar que su hijo no querrá hacer todo lo que le digan, hay que tener en cuenta que eso es parte del desarrollo de su identidad y con ello viene asumir la responsabilidad de sus acciones, sin que mamá y papá salgan a resolver sino ser orientadores y acompañar en el proceso. Aquí es cuando muchos se preguntan si es posible tener una buena relación con su hijo adolescente
que solo quiere hacer su voluntad y no la nuestra o que muestra poco interés en asumir responsabilidades.
Para dar respuesta a esta interrogante a continuación te presento varias recomendaciones que serán fundamentadas en tres pilares:
- Conectar emocionalmente para comunicarse efectivamente
- Fomentar el amor propio
- Establecer límites y normas
1. Conéctate primero contigo para poder conectarte con tu hijo adolescente
Muchas ves estamos desconectados de nuestras emociones y pensamientos, queremos comunicarnos con nuestros hijos, pero no tenemos claro lo que nos decimos a nosotros mismos, lo que sentimos, si estamos bien o si estamos mal, si nos criticamos o nos tratamos con respeto y compasión, si nos permitimos equivocarnos o si por el contrario deseamos ser perfectos a costa de nuestra tranquilidad. Si no estamos en armonía con nosotros mismos será muy difícil conectarnos de forma adecuada con nuestros hijos y con el resto del mundo.
«Por eso el primer paso es verte a ti misma, tratarte con amor y respeto, conectarte con tus sentimientos y pensamientos para dar claridad a cualquier situación que estés atravesando.»
-Rosina Peñaranda
2. Conéctate con su realidad (empatía)
Ya que sabes cómo te conectas contigo misma, puedes enseñar a tu hijo a conectarse consigo mismo comprendiendo lo que está viviendo, hablar sobre lo que sienten o desean, escucharlo atentamente sin el ánimo de dirigirlo solo conectarte para que también aprenda a conocerse.
3. Desarrolla la confianza
Cuando queremos que nuestros hijos confíen en nosotros el primer paso es no juzgar a nadie, ser compasivo y respetuoso. Puedes empezar hablando sobre una película que vean juntos o contándole a tu hijo sobre tu día, pídele su opinión sobre alguna situación que te esté sucediendo, así sentirá que su opinión es importante para ti y hablara un poco más. Recuerda que siempre vas a confiar en la persona que te considera valiosa, que sientes que no te juzgara y te toma en cuenta.
4. Expresa tu amor
Muchas veces nos enfocamos tanto en lo que queremos que hagan nuestros hijos o en lo que han fallado que no damos espacio a decirles que los amamos y que pase lo que pase estamos para apoyarles. Cuando empezamos a practicar expresiones de amor ellos también serán recíprocos, por ejemplo, ten unas notas sobre la nevera en donde todos los días le escribas algo positivo y algo que agradeces, enfócate en el amor que sientes y dile cada día que lo amas, es valioso escucharlo y sentirlo y eso hará que la conexión emocional sea más fuerte.
5. Conoce a sus amigos
Conviértete en esa mamá que siempre deseaste cuando eras adolescente, conoce a sus amigos, sé compresiva, escúchalos, no los juzgues ni etiquetes, escucha la música que escuchan, pídeles que te expliquen las cosas que desconoces de su actualidad, brinda orientación desde el amor porque los amigos de tu hijo también son tus hijos, trátalos como quieres que traten a tu hijo, se esa mamá en la que ellos también pueden confiar y recuerda que cuando orientas a sus amigos también estas orientando a tu hijo.
Si tiene un amigo que no te gusta porque tu sentido materno te dice que hay peligro entonces habla con tu hijo sobre lo que valora de esa amistad, ayúdale a identificar que lo hace elegir esa amistad, tal vez desee notoriedad o tal vez está mostrando baja autoestima al unirse con amistades que pueden ser negativas. En todo caso no rechaces a esa amistad porque solo crearás conflicto y rechazo, lo que hará que tu hijo te oculte cosas, en lugar de eso orienta y educa, tal vez esa amistad solo necesita sentirse valorada y comprendida.
6. Los límites y las normas
Es muy importante que tengamos claridad a la hora de establecer los límites y las normas. Los límites van a depender del nivel de responsabilidad de nuestros hijos por eso es importante que se vayan graduando a medida que se logran. Los límites son para que nuestros hijos estén seguros y nosotras tranquillas. Por ejemplo, la hora de llegada de una fiesta o conocer exactamente el lugar donde se encuentran y con quien, no irse con desconocidos, esperar que los busquemos, no cambiar de lugar sin avisar.
- Las normas se establecen para la buena convivencia y para que nuestros hijos vayan desarrollando responsabilidad. Por ejemplo, colaborar con los quehaceres de la casa, ser responsable con el orden y la limpieza, cumplir con los horarios del uso de la tecnología, contestar siempre las llamadas y mensajes de los padres (por favor no abusemos de esto llamando cada 15 minutos)
- Enseñar a nuestros hijos que la flexibilidad y negociación de los límites están directamente relacionados a su nivel de responsabilidad.
- Enseñar que el no cumplimiento de las normas o límites tiene consecuencias y
no son castigos
que se dan por autoritarismo, sino que es consecuencia directa de sus actos. Por ejemplo, si llega ebria de una fiesta la consecuencia es volver a ganarse la confianza y mostrar en sus acciones que es capaz de cuidar de sí misma, si solo le prohíbo salir no hay el interés por volver a ganarse la confianza y trabajar en desarrollar valor por su integridad física y psicológica. - Los límites y las normas deben ser claros, cuando se dice no es importante no ser autoritario sino expresar la negativa desde la autoridad con respeto y amor que les incite a reflexionar sobre el valor de ese límite y hasta donde y para que se puede llegar.
7. Compartir tiempo juntos
Es importante estar en familia, pero si queremos establecer un vínculo más cercano es importante tomarse el tiempo para compartir solo con tu hijo adolescente, en donde hagan cosas que le generen interés, recuerda que siempre será más fácil que tú estés en el mismo nivel de tu hijo que a querer que él se adapte a tu mundo. Si lo que deseamos es conocerlo hay que abrir espacios que nos muestren quienes son y que sueñan, espacios donde veamos su personalidad con mayor claridad y que les permita a ellos conocerse más.
Para desarrollar una
buena relación
con los hijos adolescentes
debemos progresar en el cambio de nuestros propios hábitos en las relaciones. Además de los cambios por los que ellos están pasando nosotros tenemos que cambiar la forma en la los vemos porque ya no son niños. Este tema es amplio por lo que he decidido hacer este artículo en dos partes. Mantente atento a través de mis redes sociales de Facebook e Instagram para conocer más información y la fecha de publicación.
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