Muchos padres se quejan de que su adorable hijo de repente es una persona realmente irritable, no se le puede hablar sin que conteste de mala gana, nada logra complacerlo y cambiar su mal humor,  las reuniones familiares se convierten en el peor de los castigos para toda la familia gracias a los desplantes y groserías de nuestro adolescente. En estos casos los padres jamás pensaron que el mal humor en la adolescencia podía manifestarse en sus pequeños.

La mayoría de los padres llegan a sentir que sus esfuerzos son en vano y no hay nada que puedan hacer para tener de vuelta el buen ánimo de su hijo por más de un día. Y es que resulta muy complejo saber qué es exactamente lo que les pasa, ya que, por muy raro que parezca, a veces ni ellos mismos saben con exactitud qué es lo que les tiene de mal humor.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, las razones pueden estar en los grandes cambios que se viven durante la adolescencia, especialmente en los cambios corporales, que pueden provocar malestar, por sentir que no cumplen con los estereotipos sociales de las referencias de los medios. Además en esta etapa nace la presión para ser aceptados por otros jóvenes.

Es importante reconocer que la adolescencia suele venir acompañada de rebeldía, aunque no todos la viven de la misma manera, es muy natural que los jóvenes desafíen o se rebelen ante ciertas situaciones, ya que ellos están en la búsqueda de su propia identidad y en ocasiones eso quiere decir, llevarle la contraria a los padres.

Cuando nos detenemos a pensar en todos los cambios y presiones por los que están pasando los jóvenes, nos abrimos a la posibilidad de comprender sus variaciones en el estado de ánimo y el mal humor en la adolescencia. Si logramos esto, empezamos a crear un canal afectivo y de empatía con nuestros hijos que sin lugar a dudas nos hará mucho más fácil la comunicación y la orientación que deseamos ofrecerles. Es hora de establecer una conexión afectiva.

7 posibles causas del mal humor en la adolescencia

  1. La pubertad:

Es una etapa en que empiezan a vivir grandes cambios tanto físicos como psicológicos, la mayoría de las veces no comprenden todo lo que les está pasando y se sienten incomodos y en ocasiones estresados, en especial si los padres empiezan a interrogarlos por sus expresiones de enojo o seriedad, por lo que evitan la comunicación con ellos.

  1. Presión social:

Los adolescentes empiezan a sentir una fuerte presión por la opinión de sus pares, por encajar en los estereotipos sociales y por sobresalir, o todo lo contrario, intentan pasar desapercibidos y no sufrir por no cumplir con los requerimientos del grupo. Es una fase en la que muchos son víctimas de acoso e intimidación.

  1. Depresión:

Gran parte de los adolescentes están constantemente preocupados por lo que piensan los demás, generando en ellos un gran malestar que no siempre se manifiesta con tristeza sino que se vuelven irritables e intolerantes. La mayoría de los adolescentes pasan por cambios leves y no llegan a experimentar depresión, pero otros son más susceptibles a ella. Hacerles ver que estamos dispuestos a escucharlos y acompañarlos sin juzgarlos, les dará la sensación de seguridad, calma y consuelo.

Es recomendable observar si se presentan cambios en los niveles de energía, si aumenta la irritabilidad, si tiene falta de apetito o perdida de sueño.

  1. Estrés:

Muchos adolescentes pueden presentar altos niveles de estrés por sus estudios ya sea por los exámenes, entregas de trabajos o alguna nota que interfiera en su índice académico. Así mismo, si practican alguna disciplina deportiva u otra actividad extra curricular que implique la evaluación externa. En especial si consideran que esa actividad puede ser parte fundamental de su futuro.

  1. Confusión:

Los adolescentes están en la búsqueda de su propia identidad, pero al mismo tiempo están  recibiendo pautas de dirección de todos lados, de los padres, profesores, amigos, medios de comunicación, entre otros. El resultado frente a tantas direcciones es la confusión, ya que no saben a quién escuchar lo que genera la mayoría de las veces mucha rabia con todo.

  1. La transición:

En esta etapa de la vida se encuentran en la transición de la infancia a la adultez. Todo empieza a tener un significado diferente y las exigencias de las personas que los rodean llegan a ser abrumadoras, ya que en algunas ocasiones los tratan como niños y en otras como adultos. Muchas veces no se sienten preparados con la madurez que esperan de ellos y no saben cómo reaccionar ante determinadas situaciones. Por lo que es normal que lleguen a enojarse por todo y con todos.

  1. Presión por el futuro:

Llega el momento en que todos preguntan a los adolescentes qué planean para su futuro, y lo cierto es que muchos de ellos no lo tienen claro. Las presiones por parte de los padres, familiares y amigos empiezan por generar rabia y frustración al sentir que no tienen una respuesta.

8 estrategias para superar el mal humor en la adolescencia:

  1. Es muy importante no minimizar la intensidad de los acontecimientos que experimenta tu hijo, ya que al hacerlo solo provocarás enojo y alejamiento.
  2. Frente a un momento de ira lo primero es mantener la calma para evitar que la situación empeore. Permite que tu hijo se desahogue y después con calma hablen sobre lo que está pasando.
  3. Que el respeto sea tu mayor ejemplo. Recuerda que lo que haces enseña más de lo que predicas. Evita usar palabras groseras o insultos para que tu hijo comprenda que se puede discutir sin vulgaridades.
  4. Fomenta la comunicación sincera y amable. Crea espacios para dialogar sobre lo que puede estar pasando en la vida de tu hijo.
  5. Si tu hijo está enojado no es el momento para pedirle que reflexione sobre sus actos, lo recomendable es que lo dejes solo y esperes la calma para exponer tu punto de vista e invitarlo a que reflexione.
  6. La violencia física jamás será una opción. Aunque su falta sea muy grave, agredirlo no resolverá el problema. El maltrato físico solo enseña a resolver los conflictos con violencia.
  7. Si sientes que vas a perder el control, respira profundo y retírate antes de que la ira te haga cometer errores.
  8. Evita prometer un castigo que no puedas cumplir o que sea exagerado por la falta. En su lugar con una breve explicación deja claro a tu hijo las conductas inaceptables y sus consecuencias.

Por último, recuerda que nuestro comportamiento siempre será la mejor lección que les demos a nuestros hijos, y la manera en que te comportes frente a su mal humor en la adolescencia será determinante en su aprendizaje para manejar adecuadamente sus emociones, en este caso la ira. Si tu comportamiento frente a su mal humor es de autocontrol y respeto, es más probable que cuando bajen los ánimos decida escucharte.

Si quieres más informaciónconsultas puedes contactarte con nuestro equipo y te brindaremos la asesoría que necesitas sobre el mal humor en la adolescencia y otros temas de interés para jóvenes y padres.